Viejos son los trapos dice el dicho popular. Carlos Gumersindo Sosa, con 79 años es el alumno efectivo de mayor edad de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Don Sosa, como lo llaman sus compañeros, estudia Ciencias de la Comunicación, se acomoda su audífono y apoyándose en la mesa con sus codos se presta a responder las preguntas
¿De donde es oriundo Carlos?
Yo nací aquí, en la ciudad de Río Cuarto el 8 de Mayo de 1924, y me siento muy identificado con mi ciudad
¿Su infancia, también la paso aquí en la ciudad?
Yo provenía de una familia muy humilde, por lo cual empecé a trabajar desde muy chico. Cuando estaba cursando sexto grado me anoté en el Correo, para ser mensajero. Me llamaron y mi trabajo duro solo 3 meses, ya que era por un reemplazo, esto hizo que dejara de estudiar. Luego volví a la escuela y pude terminar sexto grado, a los ponchazos pero pude terminar. En el Correo no siempre fui mensajero, también trabaje como cartero rural. Río Cuarto en aquella época era la tercera parte de lo que es ahora y el barrio Cementerio, Alberdi y el Cola de Pato se conocían como zonas alejadas de la población. Entonces el cartero rural iba en sulky con su valija y repartía las cartas y encomiendas, yo tenía apenas 15 años. Ese trabajo fue especial para mí, ya que el cartero rural era una figura muy apreciada y esperada por la gente. Me paraba con mi sulky entonces todas las personas se acercaban y yo comenzaba a repartir las cartas. Por ahí me convidaban con algún mate, otro me daba un alfajor. El recorrido era largo y tardaba mucho porque había que conversar con la gente, era muy interesante y la comunicación era muy fluida y natural ya que las personas eran distintas.
¿Qué le dijo su madre cuando dejó la escuela para ir a trabajar?
De chico mi madre no supo imponerse y yo era un poco testarudo (risas) y me dije yo tengo que trabajar porque mi familia era muy humilde, entonces veía la necesidad de ayudar y no me daba cuenta a mis años que podría haber ayudado mejor si hubiera tenido una preparación adecuada, pero yo me había plantado en que tenía que trabajar.
De chico Carlos había conversado con un par de marinos que le contaban sobre la Fragata Sarmiento y viajes al exterior, eso le fue creando una atmósfera de ilusión. En la cual él soñaba con ser marino.
¿Cómo fue su adolescencia?
A los 17 años me fui a Buenos Aires para ingresar como voluntario a la Escuela de Mecánica de la Armada. Allí había que elegir una especialidad o a que dedicarse dentro de la Marina y yo había elegido ser “radiotelegrafista”, porque había aprendido el código Morse cuando trabaje en el Correo. Era una especialidad distinguida dentro de la Marina, ya que la comunicación estaba en sus comienzos y en las Fuerzas Armadas no estaba muy desarrollada.
Como en la Marina no pude trabajar de radiotelegrafista me inscribí en la Fuerza Aérea, ya que me enteré que iban a poner estaciones de radio en la mayoría de los aeropuertos.
En la Fuerza Aérea, ¿pudo trabajar de radiotelegrafista?
Yo me encontraba en Río Cuarto y en enero de 1947 me llegó la notificación de que había sido designado como radiotelegrafista en Santiago del Estero.
¿Y cómo le fue en Santiago del Estero?
No me fui, porque me enteré que iban a poner una estación de radio en el Aero Club de Río Cuarto, entonces pedí que me dejaran aquí en la ciudad.
Al final fui el primer radio operador civil de la Fuerza Aérea en Río Cuarto, y también trabaje como operador de torre de control de vuelo hasta marzo de 1970.
Don Sosa, estuvo también relacionado con los medios de comunicación locales. En 1951 ingresa a la radio Ranquel, la primer radio de la ciudad como operador de planta transmisora por 18 años y también fue productor publicitario durante 22.Estuvo ligado a la radio por 40 años y se jubiló en 1990.
¿Estudió antes alguna otra carrera en la Universidad?
Si, ingrese a la Universidad en 1977, a la carrera de publicista, que era una técnicatura, ya que se relacionaba con mi trabajo en la radio. Cuando llevaba dos años y medio de cursado me pusieron los prácticos a la mañana, y mi trabajo me impedía cursar. Entonces tuve que abandonar faltándome seis meses para recibirme.
Como no pudo terminar una carrera, Carlos no se dio por vencido y en el dos mil ingresó nuevamente a la Universidad en la carrera de Ciencias de la Comunicación.
¿Por qué eligió estudiar comunicación?
Porque siempre estuve ligado a la comunicación, desde que comencé mi actividad de trabajo, desde que fui mensajero en el correo, cuando aprendí el código Morse, cuando fui ayudante de telegrafista, en la Marina y en la Aeronáutica estuve relacionado a las comunicaciones, y en la radio también; por ende no podía estudiar otra cosa.
¿Porqué sigue estudiando?
Yo siempre tuve la inquietud y el afán de aprender. Yo presto atención a todo, todo tiene importancia para mí. El contacto con la gente joven me sirve de estimulo, su alegría, su filosofía de vida, y generosidad me ayuda, y me anima a persistir en esto.
Carlos se siente muy cómodo, suelto y a gusto entre sus compañeros 57 años menores que él. “Me siento uno mas entre mis colegas, pero no me puedo olvidar que puedo ser el abuelo de todos ellos”
¿Qué cree que piensan sus compañeros de usted? ¿Cómo cree que lo ven?
Para algunos debo ser un viejo loco (risas), otros se preguntaran extrañados ¿qué hace este viejo acá? y otros dirán le debe gustar por eso está acá; pero no pueden profundizar su visión porque les falta esa misma visión que tenemos los que hemos vivido muchos años, los que hemos pasado por tantas experiencias, les falta la lección de la vida, la Universidad de la vida que se aprende solo viviendo.
Don Sosa al enterarse de que es el alumno efectivo de mayor edad de la Universidad sintió dos tipos de sensaciones. Por un lado un poco de orgullo y por el otro un poco de tristeza. “Me pregunto si será beneficioso, si ayudará en algo, si será un ejemplo o una carga, pero lo que no quiero es que me cuiden, que me den un trato privilegiado sino así voy a dejar de ser alumno y no quiero perder esa condición; ya que ahora soy, quiero y deseo seguir siendo alumno”.
¿De donde es oriundo Carlos?
Yo nací aquí, en la ciudad de Río Cuarto el 8 de Mayo de 1924, y me siento muy identificado con mi ciudad
¿Su infancia, también la paso aquí en la ciudad?
Yo provenía de una familia muy humilde, por lo cual empecé a trabajar desde muy chico. Cuando estaba cursando sexto grado me anoté en el Correo, para ser mensajero. Me llamaron y mi trabajo duro solo 3 meses, ya que era por un reemplazo, esto hizo que dejara de estudiar. Luego volví a la escuela y pude terminar sexto grado, a los ponchazos pero pude terminar. En el Correo no siempre fui mensajero, también trabaje como cartero rural. Río Cuarto en aquella época era la tercera parte de lo que es ahora y el barrio Cementerio, Alberdi y el Cola de Pato se conocían como zonas alejadas de la población. Entonces el cartero rural iba en sulky con su valija y repartía las cartas y encomiendas, yo tenía apenas 15 años. Ese trabajo fue especial para mí, ya que el cartero rural era una figura muy apreciada y esperada por la gente. Me paraba con mi sulky entonces todas las personas se acercaban y yo comenzaba a repartir las cartas. Por ahí me convidaban con algún mate, otro me daba un alfajor. El recorrido era largo y tardaba mucho porque había que conversar con la gente, era muy interesante y la comunicación era muy fluida y natural ya que las personas eran distintas.
¿Qué le dijo su madre cuando dejó la escuela para ir a trabajar?
De chico mi madre no supo imponerse y yo era un poco testarudo (risas) y me dije yo tengo que trabajar porque mi familia era muy humilde, entonces veía la necesidad de ayudar y no me daba cuenta a mis años que podría haber ayudado mejor si hubiera tenido una preparación adecuada, pero yo me había plantado en que tenía que trabajar.
De chico Carlos había conversado con un par de marinos que le contaban sobre la Fragata Sarmiento y viajes al exterior, eso le fue creando una atmósfera de ilusión. En la cual él soñaba con ser marino.
¿Cómo fue su adolescencia?
A los 17 años me fui a Buenos Aires para ingresar como voluntario a la Escuela de Mecánica de la Armada. Allí había que elegir una especialidad o a que dedicarse dentro de la Marina y yo había elegido ser “radiotelegrafista”, porque había aprendido el código Morse cuando trabaje en el Correo. Era una especialidad distinguida dentro de la Marina, ya que la comunicación estaba en sus comienzos y en las Fuerzas Armadas no estaba muy desarrollada.
Como en la Marina no pude trabajar de radiotelegrafista me inscribí en la Fuerza Aérea, ya que me enteré que iban a poner estaciones de radio en la mayoría de los aeropuertos.
En la Fuerza Aérea, ¿pudo trabajar de radiotelegrafista?
Yo me encontraba en Río Cuarto y en enero de 1947 me llegó la notificación de que había sido designado como radiotelegrafista en Santiago del Estero.
¿Y cómo le fue en Santiago del Estero?
No me fui, porque me enteré que iban a poner una estación de radio en el Aero Club de Río Cuarto, entonces pedí que me dejaran aquí en la ciudad.
Al final fui el primer radio operador civil de la Fuerza Aérea en Río Cuarto, y también trabaje como operador de torre de control de vuelo hasta marzo de 1970.
Don Sosa, estuvo también relacionado con los medios de comunicación locales. En 1951 ingresa a la radio Ranquel, la primer radio de la ciudad como operador de planta transmisora por 18 años y también fue productor publicitario durante 22.Estuvo ligado a la radio por 40 años y se jubiló en 1990.
¿Estudió antes alguna otra carrera en la Universidad?
Si, ingrese a la Universidad en 1977, a la carrera de publicista, que era una técnicatura, ya que se relacionaba con mi trabajo en la radio. Cuando llevaba dos años y medio de cursado me pusieron los prácticos a la mañana, y mi trabajo me impedía cursar. Entonces tuve que abandonar faltándome seis meses para recibirme.
Como no pudo terminar una carrera, Carlos no se dio por vencido y en el dos mil ingresó nuevamente a la Universidad en la carrera de Ciencias de la Comunicación.
¿Por qué eligió estudiar comunicación?
Porque siempre estuve ligado a la comunicación, desde que comencé mi actividad de trabajo, desde que fui mensajero en el correo, cuando aprendí el código Morse, cuando fui ayudante de telegrafista, en la Marina y en la Aeronáutica estuve relacionado a las comunicaciones, y en la radio también; por ende no podía estudiar otra cosa.
¿Porqué sigue estudiando?
Yo siempre tuve la inquietud y el afán de aprender. Yo presto atención a todo, todo tiene importancia para mí. El contacto con la gente joven me sirve de estimulo, su alegría, su filosofía de vida, y generosidad me ayuda, y me anima a persistir en esto.
Carlos se siente muy cómodo, suelto y a gusto entre sus compañeros 57 años menores que él. “Me siento uno mas entre mis colegas, pero no me puedo olvidar que puedo ser el abuelo de todos ellos”
¿Qué cree que piensan sus compañeros de usted? ¿Cómo cree que lo ven?
Para algunos debo ser un viejo loco (risas), otros se preguntaran extrañados ¿qué hace este viejo acá? y otros dirán le debe gustar por eso está acá; pero no pueden profundizar su visión porque les falta esa misma visión que tenemos los que hemos vivido muchos años, los que hemos pasado por tantas experiencias, les falta la lección de la vida, la Universidad de la vida que se aprende solo viviendo.
Don Sosa al enterarse de que es el alumno efectivo de mayor edad de la Universidad sintió dos tipos de sensaciones. Por un lado un poco de orgullo y por el otro un poco de tristeza. “Me pregunto si será beneficioso, si ayudará en algo, si será un ejemplo o una carga, pero lo que no quiero es que me cuiden, que me den un trato privilegiado sino así voy a dejar de ser alumno y no quiero perder esa condición; ya que ahora soy, quiero y deseo seguir siendo alumno”.
Esta nota fue escrita el 27 de Abril de 2004, para una materia de mi carrera. La decidí publicar en homenaje a esta gran persona que lamentablemente ya no se encuentra más entre nosotros.