El martes cuando mi tía salió de trabajar, me paso a buscar y nos fuimos a almorzar con mi tío y mi prima. Yo hacía no se cuanto tiempo que no los veía, así que nos sentamos en una mesa de un restaurante y nos pedimos una cervecita para combatir el calor con un plato de jamón que estaba espectacular. Al final nos comimos dos platos de jamón y luego pedimos unas chuletitas de cerdo y una costeleta de no se que carne pero que también estaba buenísima. Encima te traen un calentador y uno le pone una plancha con la carne y la cocina uno a su gusto, la sacas como vos queres más seca más jugosa a tu gusto.
Nos tomamos un vinito espectacular y de postre unos bomboncitos helados con un "chupito", que es una especie de agua ardiente que lo toman después de la comida; este tenía un gustito a hierbas muy rico.
Así están colgadas las patas de jamón en el restaurante.
Y así te sirven el jamon en el plato que te lo acompañan con unos panes tostados con aceite de oliva.
Y bueno esta fue la cara de satisfechos con la que nos fuimos del local, imaginen que cominos como animales y bebimos a la par. Todo muy rico y gratificante haber compartido esta comida con personas queridas.
1 comentario:
Giacomo, muchas gracias por hacernos vivir España desde tu bitácora. Sobre todo el lado gastronómico que es el que mas me interesa. Gracias por esforzarte y comer todas esas cosas, que quizá no queréis comer, pero lo haces igual para hacernos participe de tu viaje. Para la vuelta quiero un jamón de esos, no se a dónde lo vas a ocultar para pasarlo, pero quiero uno. Un abrazo, y seguí disfrutando...
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