viernes, 8 de agosto de 2008

Me quede sin título

El sábado 26 de Julio nos levantamos temprano, nos paso a buscar Paco (un amigo de mi tía) y nos fuimos a la playa.
Emprendimos viaje a una playa que se llama Bolonia; ese lugar es realmente paradisíaco (por esta causa la guacha de mi tía me hizo quedar sin título para este post, por que el lugar supera el lugar que describí en el post de la playa de los sueños), aparte nos toco un día espectacular, todo acompañaba, lugar, comida, bebida, todo.
La playa esa se llama Bolonia porque en siglos pasados había una ciudad italiana al lado de la playa, con su auditorio, sus casas todo. Sus ruinas demuestran la construcción que realizaban los italianos en aquella época.
Para describir la playa me quedo corto porque la arena es extra fina de color dorado; el agua de lejos es turquesa y de cerca transparente, montañas a los dos costados de la playa y si se mira para el lado del mar en una dirección determinada se puede ver la costa y las montañas de África. Por ahí prefiero que hablen las fotos y ustedes saquen sus conclusiones.
Disculpen, justos se cruzo ese loco que parece un fantasma de lo blanco que está, encima se puso un bañador (como dicen acá) blanco.
Si ven bien en el fondo tirando a la derecha y centro de la foto se puede observar la costa africana, se ve como esfumada pero desde la playa se ve bastante bien.

Paco llevo unas antiparras y se las pedí prestadas. Cuando empecé a nadar parecía como si estuviera en una pileta con el agua recién cambiada. El agua de esa playa es super transparente, ves a los peces que te pasan al lado, no hay piedras, es un gusto bañarse ahí.
Esa es mi pata. Paco se compró una carpa para la playa (en lugar de la sombrilla) y la estrenamos justo ese día, por lo que ninguno sabía como armarla. Al final abrirla fue muy fácil, le soltamos un par de tiras que la sujetaban y se abrió sola; pero el problema fue cerrarla, estuvimos como media hora renegando y al final lo logramos.Con mi tía nos pusimos a caminar por la playa hasta llegar a la duna
Para finalizar el día terminamos cenando en Bejer, un pueblo cercano, en donde pagamos bastante por 3 platos pedorros; puntillitas (pescaditos fritos), atún a la plancha que eran tan finas que parecían las fetas de jamón que te ponen en los sandwiches de sandwicmanía, y pulpo a la Bejer que tampoco era cosa de otro mundo.
Al departamento llegamos como a las 2 y ya tenía mucho sueño como para cambiarme y salir, así que me acosté a dormir.

2 comentarios:

Marcela y Sergio dijo...

Todo bien muy bello el paisaje pero sigue faltando el top-less
Mal, no la estás pasando
Saludos Nosotros

Anónimo dijo...

Tengo un título para vos:
chanchararara...chanchanchanchanchacha!!! (placa roja)
Golpe al Narcoträfico:
ARGENTINO FUE ENCONTRADO
CON "PACO" EN PLAYA ESPAÑOLA.